martes, 4 de febrero de 2020

¿Hablamos del Trastorno Bipolar?

¿Qué os parece si hablamos del Trastorno Bipolar? bonito tema ¿eh?
Es un poco complicado escribir sobre la bipolaridad, es tan difícil que no sé ni por donde empezar a contaros.

Las que ya me conozcáis de hace tiempo, sabréis que yo tengo un trastorno bipolar tipo II diagnosticado desde hace bastantes años.
Mi trastorno bipolar es genético o hereditario, no se como lo llaman los médicos. ¿Qué quiere decir esto? que el trastorno bipolar siempre ha estado en mi vida, pero no se ha ido despertando del todo solo, ha necesitado ayuda o detonantes para despertar y llegar a ser lo que es en mi vida a día de hoy.

Vamos a empezar un poco por el principio...

¿Qué es el trastorno bipolar?

"El trastorno bipolar, también conocido como trastorno afectivo bipolar (TAB) y antiguamente como psicosis maníaco-depresiva (PMD), es un conjunto de trastornos del ánimo que se caracteriza por fluctuaciones notorias en el humor, el pensamiento, el comportamiento, la energía y la capacidad de realizar actividades de la vida diaria."
 Esa es la definición que nos da la wikipedia en su primer párrafo sobre esta enfermedad, pero si seguís leyendo el artículo de esta fuente, varéis que el trastorno bipolar va más allá de cambios de humor.
Para mí, es la mayor putada que me podría haber regalado la vida, para que dar rodeos. Es inseguridad, inestabilidad, miedo; es tener una medicación pautada de por vida, es ansiedad, es rechazo... podría seguir así por un largo tiempo.
Mi trastorno bipolar consta de 5 fases:
-Eufórica. Quizá esta sea la fase que menos sé identificar. No duermo, me obsesiono con algo, como poco, hablo sin sentido y cambiando de un tema a otro, estoy bastante irascible y siento que tengo energía infinita. También en esta fase suelen aparecer las "alucinaciones".
-Normal-eufórica. Aquí sé identificar que algo no va bien, que voy más "acelerada" de lo normal. Siento que todo me molesta más de lo normal y siempre hay algún tema en concreto que me empieza a obsesionar un poco.
-Normal. Cuando me encuentro bien, me siento yo y tengo cambios de humor como todo hijo de vecino, algo normal pero con algunos matices, como la ansiedad.
-Normal-depresiva. Esta fase también la identifico muy bien. Me siento triste sin motivo aparente, estoy muy decaída y mis ganas de hacer cosas empieza a disminuir de manera preocupante. Empiezo a descuidarme más de lo normal, a aislarme y a tener pensamientos negativos.
-Depresiva. Puede que este sea la fase que más he pasado, o la que soy más consciente que he pasado. No puedo levantarme de la cama, lloro todo el día sin ningún motivo, siento que sobro, que no tengo a nadie a mi lado. No veo fin a esta fase.

Antes solo conocía tres fases, la eufórica, la normal y la depresiva. A consecuencia de esto, mis recaídas era muy grandes, muy fuertes y muy caóticas pero con el paso de los años he aprendido a conocer esta enfermedad y a reconocer cuando estoy recayendo, de esta manera me es más fácil encontrar la estabilidad.

Estos episodios no duran horas, ni minutos; son semanas o meses los que me paso en esa fase y normalmente, después de un episodio de euforia paso directamente y en caída libre hacia la fase depresiva.

¿Cómo afecta esto a mi vida?

Pues es complicado, hay veces que puedo hacer vida normal y otras que me limita tanto que no puedo salir de casa. Las multitudes de gente, los ruidos muy fuertes, los cambios de luces, un enfrentamiento con alguien, un susto o algo así son factores que me afectan mucho.
Yo tengo una medicación pautada desde que me diagnosticaron el trastorno bipolar, con lo que es más difícil que tenga una recaída. Las suelo tener en los periodos de ajuste de medicación, como ahora, que por los embarazos y lactancia tuve que suspenderla temporalmente.
Yo tengo una vida normal, vivo con mi hijo, mis perros y mi pareja; salgo a la calle todos los días y actualmente soy muy feliz. Pero para estar así es muy importante tener un ambiente familiar que te entienda y te ayude.


¿Cuales han sido mis detonantes?

Como os decía más arriba, mi trastorno bipolar me ha venido por herencia. La madre de mi abuela paterna era bipolar, aunque en aquella época no sabían que era el trastorno bipolar y falleció sola en un psiquiátrico de Plasencia a causa de un ataque epiléptico.
En mi carácter o personalidad se iba viendo con el paso del tiempo una actitud dudosa pero la cual nunca supieron relacionar con ninguna enfermedad. Mi atención a la hora de estudiar era totalmente pésima. Mis padres se podía pasar horas y horas estudiando conmigo, ver que estaba estudiando, que me esforzaba y aún así no ser capaz de retener la lección.
Sufrir acoso escolar, acoso laboral y el cáncer de mi hermana han sido los grande detonantes de mi vida. Cada vez empeoraba más y más sin darnos cuenta que esto tenía una explicación.


¿Cómo me diagnosticaron esta enfermedad?

Me la diagnosticaron por casualidad. Yo llevaba años visitando a mi medico de cabecera por mis fuertes cambios de humor y mi médico siempre me decía lo mismo "eres una mujer y tenéis más cambios de humor" (manda coj*nes la contestación para ser una persona que ha estudiado medicina) o la frase que más he escuchado en mi vida "es tu carácter, asúmelo".
Un día sufrí una crisis muy fuerte y aprovechando que tenia cita en el medico de cabecera para una revisión de una lesión en la rodilla y que el medico que estaba no era el mío, le comenté lo que llevaba años exponiendo a mi medico, a lo que este hombre hizo lo más sensato y lo que me deberían de haber hecho hace mucho tiempo antes, me mando al especialista, a psiquiatría. Me explico lo que era la ciclotimia y el trastorno bipolar, me expuso el por qué me metía más dentro del trastorno bipolar en vez de en la ciclotimia y me ayudó.

Di con una excelente psiquiatra que durante muchos meses, o puede que fuese un año entero, me realizo muchas pruebas, exámenes y me escuchó.
Esta psiquiatra me supo explicar muy bien lo que es el trastorno bipolar, el como me afecta y el cómo llegué ha estar así. Me pautó una medicación y durante muchos años supo como me encontraba nada más verme entrar por la puerta.

¿Somos peligrosas para los demás?

Pues no. Y añado esta pregunta porque mucha gente se lo cuestiona y tiene rechazo hacia las personas con trastorno bipolar por si les puede pasar algo.
Lo más probable dentro del trastorno bipolar es que nos autolesionemos, no que hagamos daño a los demás, suele ser al contrario.
El tener una enfermedad mental no significa que seamos persona agresivas  ni un peligro para la sociedad.

Si tengo una medicación ¿por qué existen las recaídas?

Por dejar de tomarme la medicación o por un golpe muy fuerte emocional.
Recuerdo perfectamente mi primera recaída después de saber lo que me pasaba. Fui a consulta, mi psiquiatra no estaba y me atendió una sustituta que cubriría sus vacaciones. A esta mujer solo se la ocurrió decirme que lo que yo tenía era un carácter muy fuerte, mi personalidad era así y veía absurdo que me tomara una medicación para una enfermedad que ella (con solo una consulta) no creía que tuviera. Mi reacción fue dejar la medicación y no volver a mis visitas con psiquiatría, total, me había dicho una especialista que no me pasaba nada.
Meses más tarde, tuve una recaída tan fuerte que no podía para de llorar y así me tiré semanas.

El olvidarme las pastillas, el "bueno, por unos días que no me las tome..." o el "es que me sientan mal al estomago" son algunos de los motivos por los que he dejado la medicación y meses más tarde he visto como el caos volvía a mi vida.

Mi ultima retirada de la medicación fue pautada por los médicos debido a mi embarazo, pero pocas semanas mas tarde sufrí una recaída y tras hacerme un estudio, decidieron volver a ponérmela ya que el riesgo en el bebé era bajo y tampoco estaba demostrado. En mi primer embarazo, las hormonas consiguieron mantenerme equilibrada durante más de un año, pero esta vez no pudo ser.


¿Es compatible el trastorno bipolar y la maternidad?

Siempre me habían metido muchísimo miedo respecto a esto pero ni todo el mundo es igual, ni las situaciones son las mismas.
A mi me dijeron que era totalmente incompatible medicación-embarazo, es más, se me propuso esterilizarme, algo que a mi me aterró y que rechacé en el momento.
El único miedo que tengo respecto a este tema es que mis hijos también puedan tener esta enfermedad, pero como ya me han dicho varios especialistas, al tener yo la enfermedad, es más fácil reconocerla y frenarla en seco.
Por suerte yo tengo mucha ayuda, un ambiente familiar excelente y si yo tengo un recaída grave en algún momento, mis hijos no lo van a notar.



Mi reflexión:

La sociedad debería de normalizar las enfermedades, no excluir a los enfermos.
El ser bipolar no es el "ahora me río, ahora lloro, ahora te odio, ahora te amo"
Y sí, nos sienta fatal que se diga "ser bipolar esta de moda" o "soy un poco bipolar", expresiones así sobran y al igual que hoy en día estamos consiguiendo eliminar expresiones que son ofensivas y retrogradas, eliminemos también expresiones de este tipo tan hirientes para los que pasamos por estas enfermedades y para nuestros familiares.

Yo os he hablado del trastorno bipolar desde mi experiencia, desde mi punto de vista, desde "mi trastorno bipolar".

Gracias por leerme y lanzo pregunta... ¿Qué conocíais como Trastorno Bipolar?



lunes, 3 de febrero de 2020

Mamá es la responsable de todo.

Vivimos en una sociedad tan antigua que aún seguimos con que "mamá es la responsable de todo" y ¡¡QUE CANSADA ME TIENE ESTO!!

Ya de entrada es a la mujer a la que se la ponen trabas e impedimentos dentro del mundo laboral cuando se queda embarazada. Yo misma me he visto en esa situación de trabajo estable, puesto indefinido, te quedas embarazada y a la calle.
¿A donde nos manda eso? a casita, a hacernos dueñas y señoras de nuestro hogar, a ponernos el delantal y tener la casa perfecta, la comida preparada y la nevera llenita.
Antes de llegar a esta situación hay un equilibrio entre lo que hacemos nosotras y lo que hace nuestra pareja, todos colaboramos y repartimos tareas y obligaciones, pero esto se acaba cuando el mundo laboral te cierra la puerta, o al menos hablo desde mi experiencia.
No considero a mi pareja una persona machista, más bien creo que es una persona que ha crecido dentro de una sociedad que si lo es, al igual que yo y que aún hay muchísimo que cambiar.

Desde que soy mamá he pasado mucho tiempo en casa y todo recae sobre mi persona. Hasta ahí no hay problema, yo no trabajo así que no hay problema en que yo limpie y recoja la casa.
Os explico mi rutina "no rutina". Intento levantarme temprano y digo "lo intento" porque mi intención es esa pero como mamá que soy, si mi hijo pasa mala noche, yo también la paso y estando embarazada, las noches son muy largas (insomnio, ardores, dolores de ciática...), con lo cual mi intención es esa, levantarme temprano pero no siempre lo consigo.
Si logro despertarme temprano (antes que mi hijo) el día me es más fácil. Desayuno rápido y me pongo al lío... barrer, fregar, poner lavavajillas, recoger la cocina, lavadoras, limpiar el polvo..... todo eso antes de que se levante mi pequeño torbellino.
Cuando él se despierta empieza la rutina. Biberones, cambio de pañales, juegos, bailes, cambio de ropa y corriendo a hacer la compra (si es que ese día toca compra). De vuelta a casa hay que colocar toda la compra y a la vez preparar mi comida y la del enano, pues ya se ha echado el tiempo encima y estoy a punto de pasarme de su hora de comida.
Después de comer toca siesta, o más bien, esperar a que él quiera o no dormir. Si cae dormido aprovecho para tender la lavadora que puse a la mañana, vaciar lavavajillas, barrer de nuevo, fregar otra vez (comiendo seguro que ha tirado algo al suelo) y recoger el desastre de salón que se ha quedado.
Una vez despierto, le preparo la merienda mientras vuelve a reinar el caos y el desorden en el salón. Papá llega a casa mirando el salón con cara de espanto mientras yo me escapo para ir al baño y a la vuelta él ya está sentado en el sofá contándome el día tan duro que ha tenido en la oficina. Paseo para "bajar el dolor de ciática" y a la vuelta baños y cenas o más bien, baño al niño y luego preparo la cena. El salón sigue en su caos mientras papá juega con el niño. Yo, con mi barrigota me pongo a colocar todo el salón mientras papá le da de cenar y me dice "es que no puedes dejar que te deje el salón así" y ya entramos en el bucle de "recogelo tú que has entrado por la puerta y te has sentado", "yo me paso el día fuera de casa y llego cansado y agotado", "¿y yo?¿acaso me he tocado las narices" y "Es que tú pasas todo el día en casa".

Total que todo el peso de la casa y el niño recae sobre mi persona. Yo no me puedo poner mala porque me tengo que encargar de todo y aún encargándome de todo, hay días que da la sensación de que he estado sentada en el sofá.
¿He elegido yo esto?
Pues no. Adoro estar con mi hijo, el tiempo que paso con él es tiempo de calidad. Pero yo no he decidido comerme todas las tareas de la casa.
Papá llega cansado de estar todo el día trabajando, pero mamá esta cansada de no parar ni un segundo y de eso ¿se da cuenta alguien?

Cuando me dice "Necesito un poco de tiempo para descansar y desconectar, un poco de tiempo para mí" yo digo "¿y el tiempo para mí?" y viene el mágico "tu estas aquí todo el día" ¡¡Como si limpiar, hacer la comida y pasarme el día recogiendo juguetes fuese mi hoby favorito".

No estoy diciendo que él no haga absolutamente nada, para nada, solo que no hace ni la mitad de lo que hacia antes porque yo soy la que está en casa.

¿Qué quiero decir con todo esto?
Pues que no es fácil cargar con todo. No es fácil sentir que la casa te come, que no tienes tiempo ni de pintarte las uñas, de desconectar un rato. No es fácil sentir que no eres tan valorada como lo eras antes, que no puedes (o no te dejan) avanzar laboralmente por que eres mamá o por que vas a serlo.
No es fácil pensar que la cosa está lejos de mejorar.

¿Solución?
COMUNICACIÓN. Si no estamos cómodas con la situación que tenemos, si sentimos que nuestra pareja no se encarga como creemos de sus responsabilidades (no olvidemos que la casa también es suya y los hijos son de los dos) hay que decirlo. Puede que nosotras mismas lo estemos haciendo todo o no dejemos hacer nada por el "es que yo lo hago mejor".
La comunicación es imprescindible dentro de la unidad familiar.


También tengo que decir que conozco casos en los que es papá el que está en casa cuidando de los peques y de la casa, pero ¿por decisión propia o elegida?

Y después de haberme desahogado, lanzo la pregunta de hoy... ¿Es injusto cargar con el peso de todo o por el contrario es lo que tenemos que hacer por estar en casa?

Beeeeesiiiiiii 😘

domingo, 2 de febrero de 2020

La maternidad y su realidad.

Cuando estaba embarazada de mi hijo no sabia donde me estaba metiendo, no conocía nada de la maternidad y su realidad.
Empecé a indagar, a leer sobre maternidad, sobre el embarazo, sobre crianza... Cuando no conoces nada de este universo todo parece muy complejo.

Mi andadura en instagram comenzó también cuando mi primer embarazo, en verdad, me encantaba ver las cuentas de maternidad de las influencers... ¡¡Ay las cuentas de maternidad idílicas!! Todo tan ideal, todo tan perfecto.
En esas cuentas, las futuras y recientes mamás no tienen ojeras, siempre van peinadas, la ropa impoluta y la casa de película. Las habitaciones de los bebes son súper espaciosas, llenas de decoración preciosa, todo muy nórdico, todo muy perfecto.

Conforme fue pasando mi embarazo, me fui dando cuenta que la maternidad no es perfección, no es una casa impoluta y una energía brutal. Yo me sentía agotada, sobre todo en el ultimo trimestre. Tenia las piernas tan hinchadas que solo quería ponerme un calzado cómodo, deportivas en su mayoría. La ropa cómoda, las mallas y las camisetas básicas se convirtieron en mi imprescindible. 

La primera foto que tengo con mi hijo en el paritorio no es maquillada, con el pelo perfecto; nuestra primera foto es con una coleta despeinada, con la cara hinchada y roja,  pero es que los días de después mi imagen tampoco fue perfecta.

¿A donde quiero ir a parar con todo esto?
Quiero mostraros que la maternidad es perfectamente imperfecta. Que la realidad de la maternidad no son casa blancas espaciosas impolutas, recogidas. Ni madres perfectamente arregladas desde el primer día. 
Bueno, rectifico, esa realidad quizá exista, pero no es la mía. 
La realidad absoluta no existe. Yo os puedo hablar de mi maternidad real, que puede que coincida con la de alguien o no. 
Mi maternidad es recoger mi casa cuando mi hijo me lo permite, es esconderme en el baño solo para poder estar 5 segundos sola, es dormir cuando mi hijo me deje y comer cuando el me lo permita. Mi maternidad es no poder tener mi trabajo soñado porque no intereso para una empresa. Mi maternidad es encontrar un trabajo temporal que no me permite estar con mi hijo el tiempo que nos merecemos, que no me permite tener una lactancia materna como recomiendan y que económicamente no me llega ni para cubrir las facturas.
Mi maternidad real también es dormir abrazada a mi hijo y despertarme a su lado. Es cantar todas las canciones de "la granja de Zenon" como si de mi grupo favorito de música se tratase. Es disfrutar del porteo a día de hoy, con sus casi 20 meses. mi maternidad real es sentarme en la alfombra a jugar junto a él y sus amigos Woody, Buzz y Jessie. Mi maternidad real es mi realidad y tú tendrás tu realidad, que puede o no coincidir con la mía, pero es real.

Y esto me lleva a comentar de pasada algo que leí la semana anterior y que me hizo ver lo absurdos que son algunos medios de comunicación. 
Hablaban sobre la maternidad de la influencer Laura Escanes, de lo sorpresivo que es que esta chica tenga una maternidad como todo hijo de vecino. 
Su hija la vomitó cuando estaban preparadas para salir de casa, pero que nadie se alarme, que finalmente pudieron salir de casa y disfrutar de una comida con sus amigas a la que ¡¡se llevó a la niña!! 
También digo, que lo que se han cebado con esta chica no es ni medio normal. Criticar a una madre por como decide criar y educar me parece tan lamentable... ¿Está haciendo daño a su hija? no, así que hay veces que la opinión de cada uno es mejor guardársela en algún lugar oscuro donde no pueda herir a nadie porque no comparte tu manera de ver la vida.
Que nos sorprendamos por que una persona con cierta relevancia o cierto interés popular comparta cosas naturales en sus redes sociales me hace ver lo poco o nada que conoce la gente sobre la maternidad. ¿Acaso por ser una persona popular no puede mostrar su realidad? ¿es que tiene que dar la imagen idílica que se ha intentado dar siempre? 

En fin, que solo quería dejar por aquí mi visión sobre este tema y lanzar una pregunta ¿Hay mucho postureo en la maternidad?

Os leo en los comentarios 😉

Mi postparto con Julieta

Mi postparto con Julieta ¡¡Ay amigas!! que distinto es el postparto en cada mujer, pero que distinto es también en una misma... Cuando...